La nieve, bastante blanda al principio, hubo que usar las raquetas, y aún así, abriendo huella . . . Solamente, ya subiendo por la pala noroeste estaba la nieve verdaderamente dura y hubo que poner los “pinchos”
Salimos de Pendones hacia arriba, por la estrecha carretera asfaltada que rápidamente se transforma en pista. Subimos unos 300 metros de altura por una serie de pistas sin posibilidad de pérdida, ya que en todos los cruces encontraremos la doble raya blanca y amarilla o un hito, hasta llegar a la foz del Palombar. La entrada a la foz también está bien indicada. Se trata de una corta pero bonita canal, con un arroyo que en ocasiones, incluso discurre por el propio camino. Sin llegar a ser un bosque, la canal está bastante arbolada, dando un bonito ambiente otoñal. Al final de la canal, llegamos a las ruinas de una antigua majada, El Plágano, donde comienzan una serie de praderías hacia arriba donde encontramos la fuente del Plágano. Aquí es donde hace su aparición la nieve, muy blanda, y enseguida tenemos que poner las raquetas. Siguiendo los hitos atravesamos un pequeño hayedo donde encontramos varios y bonitos ejemplares de acebo. El bosque termina donde estaba la majada de Tiatordos; la nieve nos impide ver las ruinas. En este momento es donde empezamos a pensar por donde subir. Debido a lo blanda que está la nieve, nos decidimos por la arista noroeste, barrida por el viento y sin apenas nieve. Subimos por las rocas unos 100 metros hasta encontrar una pala, ya de nieve dura, tan dura que a los pocos metros tenemos que poner los crampones. Llegaremos hasta la copa sin abandonar la pala. Ya en la copa, la nieve está algo más blanda y alcanzamos la cima en pocos minutos.
Unas fotucas:
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