Cueva del Tinganón

Este sábado no tenía mucho tiempo (joerr, para variar!!) así que el monte estaba descartado, y eso que se cocían buenos proyectos . . . En vista de ello, me fui con unos colegas, Manuel (Maxi) Belén, Tony y Pilar, a hacer la cueva del Tinganón el sábado por la mañana. Esta impresionante cueva, me dejó verdaderamente alucinado. Hace muchos años que no ando metido por las cuevas, aunque aún recordaba el olor del carburo, pero nunca había oído hablar de semejante maravilla. Los techos es una de las mejores preciosidades que tienes esta catedral de la espeleología, pero debido a la altura, más de 20 metros, no salen en las fotos. Apenas se podían ver con los frontales; únicamente con el carburo de Maxi se podían apreciar. Una de las cosas que más me gustó es que se puede recorrer completamente, de norte a sur, hasta la otra salida, a través de un recorrido que nos llevó algo más de 3 horas ida y vuelta. Y ya se que esto no es una “ruta de montaña” pero como anduvimos por debajo de ella . . . En esta foto se intuye, ya que no se ve hasta que estás delante, donde podría estar la cueva, pasado el viaducto de Llovio dirección a Llanes:

La aproximación es un recorrido muy bonito, por un bosque siguiendo el río Tinganón:

Llegando a la entrada:

Particularidades sobre la cueva:

La entrada desde dentro:

Una forma geológica muy particular; una bandera, parecido a una estalactita pero de forma alargada. Una auténtica preciosidad:

Otras preciosas formas como esta “cascada”

Continuos pozos formados por el río que recorre la cueva de sur a norte:

Las trepadas son continuas, y en algunos pasos hay pequeñas ayudas como esta. Siento lo del tío feo que se coló en la foto, pero no tengo ninguna otra con esta cuerda:

La roca, continuamente lavada, tiene una adherencia muy buena en la mayoría de los pasos:

Más trepadas:

Otra “cascada” o cola:

Un precioso montón de calcita de un blanco que parecía nieve:

Paredes que parecen de marmol:

Y preciosas formas hechas por la calcita y los años:

Esta extraña formación que parecía un “santo” o figura similar a la luz de los frontales:

¿A alguien le apetece un baño?

Una especie de altar:

Y una “coliflor” gaudiana, que parece sacada del parque Güell:

Más y más trepadas:

Por fin llegamos a la boca sur, también muy amplia:

Comenzamos la vuelta y nos desviamos a una sala que parece estar formada por miles de perlas:

Estas “perlas” no son más que gotitas de agua que hacen este efecto a la luz de los frontales:

El final de la sala:

Otra sala con el techo bajo y con estas curiosas estalactita debidas al aire que circula a veces dentro de la cueva:

Destrepando:

Primer rapel montado con dos chapas y cordinos:

Bajando por el primer rapel:

Segundo rapel montado en un puente de roca:

Reunión:

Ultimo rapel, dos chapas y cordino, ya a la salida de la cueva: